CO-RESPONSABILIDAD FORMATIVA

Estimados Rectores, Directivos y Familias

La sociedad contemporánea nos interpela con urgencia. Las transformaciones culturales, tecnológicas y sociales exigen una respuesta educativa que vaya más allá de la transmisión de conocimientos. Hoy, la demanda es clara y profunda: incluir la formación integral del Ser como condición esencial de nuestra co-responsabilidad educativa. Ya no basta con enseñar contenidos; se espera que la institución educativa se convierta en un espacio vivo para aprender a construir nuevas formas de ser, convivir y proyectarse en la modernidad.

Una propuesta transformadora: el Monitor de Vida 

Para responder a este desafío, PROFEPILO ha diseñado el programa Monitor de Vida (MV), una propuesta de renovación curricular que armoniza el conocimiento académico con las dimensiones más íntimas y vitales del estudiante. Este programa busca integrar el desarrollo personal, emocional y social dentro del proceso educativo, reconociendo que el aprendizaje significativo ocurre cuando se conecta con la vida real del estudiante.

Eje 1: Autoconocimiento y Autoestima

El primer eje del programa activa la Fórmula de la Reflexión Vital, una metodología que promueve el autoanálisis del tiempo, la identificación de intereses genuinos y la construcción de una narrativa personal. Este proceso permite que cada estudiante se reconozca como protagonista de su propio desarrollo.

La corresponsabilidad entre Colegio y Familia es fundamental. El Colegio provee las herramientas metodológicas necesarias para guiar la reflexión, mientras que la Familia valida y acompaña el registro de tiempo y las decisiones que se toman en casa. Esta sinergia convierte la reflexión en acción, y la acción en transformación. El estudiante no solo se conoce, sino que aprende a valorarse y a tomar decisiones coherentes con su propósito vital.

Eje 2: Aprendizaje Socio Emocional

El segundo eje implementa la Fórmula de la Gestión Emocional, centrada en el desarrollo de la resiliencia y las habilidades sociales. Este componente es el corazón de nuestra Autoconocimiento, que articula teoría y práctica para fortalecer el bienestar emocional.

El Colegio ofrece el marco conceptual y los espacios de práctica, pero es en la Familia donde se vive y se aplica lo aprendido. El hogar y la vida social se convierten en laboratorios reales donde las emociones se gestionan, se comprenden y se transforman. Además, el Colegio articula estos aprendizajes dentro del currículo, mientras que la Familia fomenta la exploración de intereses más allá del ámbito académico, ampliando el horizonte de vida del estudiante.

Un llamado a la acción conjunta

Rectores y Directivos: el Monitor de Vida es la estructura que demandan los nuevos tiempos. Familias: su compromiso deja de ser un apoyo complementario para convertirse en un pilar esencial de la formación integral.

Unidos, Colegio y Familia, no solo educamos; co-creamos el futuro de un ser humano con propósito, plenitud y capacidad de transformar su entorno. Esta es nuestra misión compartida. Este es el camino hacia una educación verdaderamente humana.

 

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